martes, 24 de noviembre de 2015

Batalla del Llano de Goldur

Contexto

A mediados de 1587 del cómputo lindoniano, las fuerzas de la alianza de Lindium penetraron en las tierras del Imperio de Sharpast con un ejército que debía sorprender a las huestes imperiales y provocar la caída de Mulkrod para acabar con la agresividad que el Imperio venía mostrando desde la llegada de tan ambicioso emperador. Para ello debían derrotar en campo abierto al ejército imperial o tomar la capital: Sharta, obligando a Sharpast a negociar un tratado favorable a Lindium y permitir la independencia del recién conquistado reino de Lindium. 

Durante la campaña las fuerzas de Lindium habían conquistado una ciudad clave para el aprovisionamiento del ejército: Rwadon y habían obtenido la alianza de otra importante ciudad que se había independizado del Imperio: Lwigthug, facilitando la llegada de provisiones del ejército en su larga marcha hacia el corazón de Sharpast. Un enfrentamiento de pequeña envergadura en las Colinas de Hast se había saldado con la victoria de la alianza, que se había topado con una pequeña fuerza que trató de contenerles en una posición fortificada. Tras la pequeña victoria en Hast, el ejército de Lindium, con el camino libre, siguió avanzando hacia Sharta con la moral alta debido a las pequeñas vitorias obtenidas al principio de la campaña, pero mientras seguían su camino el Imperio reunía un gran ejército para repeler la invasión.

Contedientes

Para la batalla las fuerzas de la alianza reunieron un ejército de más de 70.000 hombres, de los cuales 8.000 eran jinetes de caballería pesada.
Mercenario de Ibahim

Sharpast había reunido un ejército mucho mayor: 120.000 hombres de los que casi quince mil eran cabellería. Dentro del ejército plurinacional de Sharpast había un importante cuerpo de mercenarios, un total de 30.000 hombres, dentro de los cuales estaban los mejores combatientes de Sharpast: los mercenarios de Ibahim, armados con grandes hachas, un cuerpo de elite que dedicaba su vida a una sola cosa: la guerra. Otras unidades del ejército imperial eran los vegtenos, un cuerpo de infantería media, compuesta por tropas provinciales de dudosa lealtad y escasa eficacia, con un total de 35.000 infantes. Por último se encontraba la mejor infantería del Imperio, las tropas nacidas en la propia Sharpast, un total de 40.000 hombres de infantería pesada, muy bien entrenados y armados.

El terreno

El campo de batalla fue elegido por el bando de Lindium que, sabiéndose en clara inferioridad numérica, buscaron un terreno donde el enemigo no pudiera rodearles con facilidad. Al encontrarse en los Llanos de Goldur, todo el terreno era un gran herbazal llano, lo que facilitaba las maniobras imperiales, pero dentro de aquella inmensa planicie encontraron un terreno más apto, con unas colinas que permitirían proteger uno de los flancos del ejército de la caballería imperial. Los oficiales de Lindium decidieron que librar la batalla allí era la mejor opción.

Comandantes

Sharpast: Mulkrod como comandante en jefe; Menkrod y Marmond comandantes de caballería; Rühr, al frente de los vegtenos, Imril al mando de los mercenarios y Milust, comandando a los sharpatianos. Otros personajes importantes que aparecen: Solrac, líder de la Orden de Zurst y Reivaj, guardaespaldas de Mulkrod.

Infante de Vanion
Lindium: Nairmar comocomandante en jefe del ejército ese día; Valghard, al frente de la caballería; Nulmod defendiendo la colina; Glorm, al mando de la infantería de Landor; Gwizor liderando a la infantería de Vanion; Neilholm, comandando a la infantería de Hanrod. Otros personajes que aparecen: Arnust, mago de Oncrust; Halon, su aprendiz; Maorn, el portador de la espada.

Plan de batalla

El plan de Mulkrod consistía en desbordar los flancos de Lindium con su caballería más numerosa, para así atacar su retaguardia y poner en fuga al enemigo, al mismo tiempo que su infantería aplastaba a la del enemigo con su superioridad numérica. La infantería imperial se colocó en tres líneas de ataque: primero los vegtenos, luego los sharpatianos y por último los mercenarios. En los flancos dividió por igual a su caballería.

Las fuerzas de Lindium idearon una treta para engañar a Mulkrod y que éste cayera en la trampa que le habían preparado: fortificaron la colina en el flanco izquierdo de Lindium y prepararon a un pequeño cuerpo de caballería para atraer a los jinetes imperiales en el flanco derecho hacia la trampa, siendo recibidos por oleadas de proyectiles, para que luego, en la parte más alta de la colina, se toparan con una defensa inquebrantable. Al mismo tiempo la infantería de Lindium en el centro contendría a los infantes enemigos mientras la totalidad de su caballería se enfrentaba al resto de los jinetes imperiales en el flanco derecho.

El ejército de Lindium se colocó formando dos líneas de infantería: en la izquierda los soldados de Landor, en el centro los de Vanion y en la derecha los de Hanrod. La caballería se situó en el flanco derecho mientras que en la colina dejaron a los arqueros y la infantería ligera defendiendo las fortificaciones: 4.000 infantes.

Batalla

La caballería de Menkrod choca contra las defensas en la colina
Mulkrod, sabiéndose en superioridad numérica y sintiéndose muy seguro, llevó la iniciativa en todo momento. Primero atacaron los vegtenos, siguiendo el plan previsto, al mismo tiempo que la caballería de los dos flancos atacaba a los jinetes de Lindium, pero los vegtenos sufrieron grandes bajas en el choque con la infantería de Lindium y se replegaron desordenadamente. Mientras tanto, Menkrod perseguía al señuelo de Lindium, que les atrajo a la colina, siendo recibidos por centenares de flechas y luego chocaron contra las estacas de los defensores de la colina. Marmond, por su parte, cargó contra los jinetes de Lindium, que se replegaron para alejar a la caballería imperial del campo de batalla, pero al cabo de varios minutos, en una rápida y eficaz maniobra, los jientes se dieron la vuelta y cargaron con sus lanzas contra los caballos de Sharpast, iniciándose un cruento combate.
Choque de la caballería de los dos ejércitos
Mulkrod ordenó a los sharpatianos suplir a los vegtenos, iniciándose una lucha igualada entre ambas infanterías. Pero viendo la maniobra de los jinetes de Lindium, que desprotegían su flanco al alejar a su caballería, decidió mandar a parte de los vegtenos supervivientes contra el flanco derecho de Lindium, obligando a Nairmar a utilizar a su infantería de reserva y la caballería que había usado de señuelo para contenerlos.

Al mismo tiempo, viendo que la caballería en la colina estaba siendo duramente castigada por los defensores, Mulkrod ordenó a su hermano replegarse con los restos de su caballería, para luego acudir en ayuda de su hermano, Marmond, en el otro flanco. No obsante, el emperador decidió que tomar la colina sería vital para obtener la victoria, por lo que envió a 10.000 infantes compuestos por los vegtenos y los mercenarios de la reserva. Tenían la misión de aplastar las defensas de la colina y rodear al grueso de la infantería de Lindium por la espalda. El combate en la colina sería una carnicería.

La lucha seguía con enorme violencia en el centro, donde ambas formaciones de infantería luchaba escudo con escudo, con las lanzas levantadas buscando huecos donde hacer daño al contrario. Los combates prosiguieron de forma igualada, lo que favorecía a Sharpast, ya que contaba con más reservas que Lindium, por lo que podía permitirse una batalla de desgaste. Los soldados de Lindium, con el paso de las horas, estaban cada vez más cansados y ya no tenían compañeros que les suplieran en la línea de frente.

El combate se recrudece
En la colina las cosas no iban bien para las armas de la coalición, donde unos pocos soldados contenían en las empalizadas a la marabunta de mercenarios embravecidos que trataban de penetrar en el perímetro, creando pequeñas brechas que pronto provocarían una desbandada general. Ante ello, Dulbog pidió refuerzos urgentes para ayudar a contener al enemigo en la colina. Nairmar, ya sin reservas, se vio obligado a prescindir de una parte de las tropas de Landor de retaguardia, ya que estaban más cerca de la colina para acudir rápidamente, pero de ese modo debilitaba el flanco izquierdo. Había creado un punto débil en la línea defensiva de Lindium.

El emperador, sabiendo que el enemigo estaba ya agotado y sin reservas, y viendo que enviaban a parte de su infantería a apoyar a los defensores de la colina, decidió mandar a los mercenarios y a los vegtenos que quedaban para unirse a los sharpatianos y dar el golpe de gracia. Los mercenarios participaron con ímpetu, golpeando con fuerza con sus grandes hachas, quebrando los escudos de los infantes de Lindium, que empezaban a estar agotados. El propio Imril participó en los combates, abatiendo a muchos enemigos, pero fue muerto por Glorm en un combate singular. No obstante, Glorm no pudo contener a la ingente masa de mercenarios, sharpatianos y vegtenos que se cernieron sobre él, permaneciendo en el sitio mientras era rodeado y luego abatido por docenas de enemigos, llevándose a muchos de ellos con él.
Glorm luchando contra decenas de enemigos antes de caer abatido

Todo el flanco izquierdo de Lindium se desmoronaba, incapaz de resistir más tiempo el embiste del enemigo. La batalla parecía perdida; si la infantería de Landor seguía retrocediendo el resto del ejército sería rodeado y masacrado. No obstante, en un alarde de valor, Nairmar, junto Arnust, Halon y Maorn, además de varios oficiales y escoltas, fue corriendo al flanco izquierdo para intentar detener el repliegue. Para animar a los desmoralizados soldados de Landor, cargó con la espada en mano contra los confiados infantes de Sharpast, animando a los soldados, que se unieron a sus oficiales, deteniendo el repliegue y contraatacando con fuerza. El frente se estabilizó de nuevo.

Momentos finales de la batalla
Con la batalla a favor de las armas imperiales, sucedió algo que no esperaba ninguno de los contendientes: la caballería imperial había sido derrotada por los jinetes de Vanion que, aunque en inferioridad numérica, habían podido poner en fuga al enemigo tras una larga y dura batalla.

Cuando Mulkrod supo de aquel desastre se vio obligado a ordenar la retirada para salvar a su ejército de un desastre mayor, huyendo él mismo del campo de batalla. Su ejército, sorprendido por aquella extraña orden cuando estaban ganando la batalla, se retiró de forma desordenada, pero no fueron perseguidos por los diezmados y agotados infantes de Lindium, que observaron anonadados cómo sus enemigos se retiraban. Los mandos de la coalición no reaccionaron temiendo una treta del enemigo, por lo que ordenaron mantener las posiciones. Pero cuando la infantería había recorrido sólo la mitad del trayecto hasta su campamento, los jinetes de Lindium aparecieron a su espalda y cargaron contra el ejército en desbandada, provocando una matanza aún mayor que la que se había producido en la batalla.
 
Varias unidades de caballería imperial, lideradas por los hermanos del emperador, salieron del campamento para cubrir la retirada del resto del ejército imperial, deteniendo a la caballería de Lindium, que se retiró al no recibir ningún apoyo. 

La cabellería de Lindium ataca a la infantería imperial en retirada
Casi la mitad del ejército de Sharpast reunido en los Llanos de Goldur para la batalla pereció aquel día o fue herido en combate, pero la otra mitad sobrevivió y estaba en condiciones de seguir la lucha, habiéndose evitado un desastre mayor para la causa imperial, que podía haber obligado al Imperio a firmar un armisticio desfavorable con los reinos de occidente.

Conclusión

La derrota de Sharpast en el campo de batalla no fue total, pues la mitad del ejército sobrevivió y se reagrupó en el campamento imperial. Esto, sumado a la llegada de un ejército de refuerzo, liderado por el general Darwast, hizo que la ventaja obtenida por el ejército de Lindium el día anterior no sirviera para nada. Fue una victoria táctica y una derrota estratégica para el ejército de la coalición, que tuvo que retirarse al encontrarse de nuevo en inferioridad numérica y con miles de heridos y muertos a sus espaldas para reorganizarse más cerca de su línea de abastecimiento.

La batalla más sangrienta
Para el Imperio supuso perder la imbatibilidad de su ejército y un toque de atención para su emperador, que estuvo a punto de perder en un solo día todo lo que sus antepasados habían contruído. A partir de ese momento, los movimientos imperiales se harían planificando bien todos los aspectos de la logística y con cierta precaución, lo que retrasaría unos meses la pretendida invasión de occidente por parte de los ejércitos de Mulkrod. Pero ahora, con los 50.000 hombres de refuerzo traídos desde el norte por Darwast, con los restos del derrotado ejército en Goldur y con las nuevas levas reclutándose, el Imperio se preparaba de nuevo para la ofensiva, con la intención de expulsar al invasor de sus tierras.


viernes, 24 de julio de 2015

Batalla de las Colinas de Hast



Tras la conquista de Rwadon por parte de la coalición de Lindium, el ejército de los Tres Reinos se puso en camino hacia el corazón del Imperio, con la intención de asestar un golpe definitivo a Sharpast que terminara con rapidez con la guerra y les permitiera acabar con la tiranía ejercida por los Omercan en el continente de Veranion. Mientras tanto, el ejército imperial, sorprendido por el repentino ataque de sus vecinos de occidente, se preparaba para repeler la invasión.

En su camino hacia Sharpast la coalición apenas encontró resistencia. Tan sólo en las Colinas de Hast hallaron a un enemigo dispuesto a hacerles frente, a pesar de estar en clara inferioridad numérica. Un pequeño contingente imperial se había atrincherado en las colinas con la orden de resistir y ralentizar el avance del ejército de Lindium en su marcha hacia oriente, para que así le diera tiempo al ejército imperial a prepararse para repeler la invasión.
Contexto
Trabuquetes usados por la coalición para labatalla




Contendientes

La coalición de Lindium presentó para la campaña de Veranion un ejército de más de ochenta mil hombres, de los cuales, setenta y cinco mil se encontraban en las Colinas de Hast el día de la batalla. En la facción imperial les hizo frente un pequeño ejército de entre dos mil y tres mil hombres, compuestos en su mayoría por vegtenos, pero muy bien armados y pertrechados, atrincherados en lo alto de una colina.

Desarrollo

La posición defensiva de la escasa fuerza imperial se hallaba en un altozano que les daba una ventaja táctica, además de las defensas que habían construido: fosos, empalizadas, estacas, etc. Tomar aquella colina podía ser demasiado costoso en vidas para el ejército de Lindium, que no se podía permitir sufrir grandes bajas, por eso buscaron la forma de acabar con la resistencia perdiendo el menor número de hombres. Arnust, un mago de la Orden de Oncrust que acompañaba al ejército, se le ocurrió bombardear la colina con tinajas llenas de brea para incendiar el campamento imperial y obligarlos a salir. Los generales dieron por bueno el plan de Arnust y comenzaron los preparativos.
El ejército de Lindium se prepara para la batalla

En unas horas el ejército de la coalición se desplegó frente al campamento listo para asaltarlo. Todas las catapultas apuntaron hacia el campamento enemigo. Al mismo tiempo, dos mil jinetes de la caballería de Lindium rodearon el campamento imperial y se ocultaron en un bosque cercano a la colina, a la espera. Los soldados imperiales se desplegaron en las empalizadas listos para repeler el ataque enemigo.

Las catapultas abrieron fuego lanzando docenas de tinajas y vasijas repletas de brea que se estrellaron sobre la hierba de la colina, salpicando las telas de las tiendas con el líquido. Tras varios minutos de bombardeo y de empapar el suelo del campamento de brea, los arqueros de Lindium arrojaron una lluvia de flechas de fuego, incendiándolo todo. El fuego arrasó todo el campamento, obligando a los sharpatianos a huir, escapando de las llamas. Los soldados se agolparon en la puerta principal, siendo masacrados primero por los arqueros de Lindium y luego por su infantería.

Varios cientos de imperiales escaparon por la puerta trasera del campamento, pero mientras huían por los campos, los jinetes de Lindium emboscados aparecieron y cargaron contra ellos, aniquilándolos. Tan sólo unos pocos sobrevivieron, siendo capturados,

Consecuencias

La victoria permitió al ejército de Lindium avanzar con rapidez por la campiña de Tancor hacia el corazón del Imperio en su osado plan de dar un golpe de efecto sobre su ejército antes de que éste estuviera preparado para repeler la invasión. Para el Imperio no supuso una gran derrota; perdieron un pequeño ejército que habían decidido sacrificar para ganar tiempo. Para cuando el ejército de Lindium llegara estarían preparados.

jueves, 2 de julio de 2015

Batalla de Rwadon

Rwadon antes del ataque

Contexto

Tras acordar los reinos de Lindium el inicio de las hostilidades con el Imperio, los generales encargados de liderar la campaña idean un plan para atacar por sorpresa a Sharpast, aprovechando que sus fuerzas se encuentran dispersas por el norte tras la campaña de Sinarold, penetrando por las tierras orientales hasta el corazón de Sharpast. Pero para que el plan tuviera éxito primero tenían que capturar un puerto de grandes dimensiones desde el que poder desembarcar a las tropas, los pertrechos y provisiones, y garantizar el suministro para el ejército durante la campaña.


Contendientes

Las fuerzas aliadas preparan un comando compuesto por doscientos de los mejores soldados de los tres ejércitos bajo el mando del capitán Heglan, con la intención de sorprender por la noche a la guarnición imperial en Rwadon, compuesta por quinientos hombres.

Desarrollo

El ataque se produjo de madrugada, cuando la mayor parte de la guarnición dormía. Mientras el asalto se producía, la flota de Lindium permanecía a una distancia segura de la costa, observando las luces de la ciudad, esperando el desenlace del combate. El comando desembarcó en una playa cercana al amparo de la oscuridad para buscar un punto vulnerable desde el que iniciar la ofensiva. Atacaron por la puerta sur, sorprendiendo a los centinelas. Abrieron las puertas y entraron en la ciudad. La guarnición se vio sorprendida y, pensando que les atacaba un ejército muy superior,  muchos huyeron de la ciudad y otros se atrincheraron en el castillo.

El comando entra en la ciudad
El comando, que no estaba dispuesto a dejar su misión sin concluir, consiguió infiltrarse en el castillo siguiendo un pasadizo secreto por las alcantarillas de la ciudad, abriendo las puertas para que entraran el resto de los soldados de Lindium y pasaran a cuchillo a la guarnición, haciendo efectiva la conquista de Rwadon.

Consecuencias

La victoria de los aliados supuso obtener un puerto grande para desembarcar los pertrechos y provisiones para la campaña y conseguir una base de operaciones para los movimientos venideros. El Imperio fue sorprendido por las fuerzas de Lindium al no esperarse su ataque, pero iniciaron pronto los preparativos para repeler la invasión.


Reunión de Blangord

Contexto

Ante las alarmantes noticias de la invasión imperial de Sinarold, los líderes de Lindium fueron convocados por los magos de Oncrust para deliberar sobre la posible intervención de occidente en la guerra que se avecinaba.

Asistentes

Los líderes de Lindium reunidos
Los magos de Oncrust fueron quienes convocaron a los reyes de Lindium. En representación de la orden acudieron el Gran Maestre Blanerd y varios magos del consejo, entre ellos Arnust y también su aprendiz Halon, que acudían allí para participar en la expedición proyectada por los magos para encontrar una de las Cinco Espadas, para ello habían traído a un bastardo de la sangre del primer emperador, Sharpast I. El joven llamado Maorn, era de vital importancia para la Orden de magos pues sólo él podía conseguirles la espada que buscaban, al portar en sus venas la misma sangre que los descendientes directos del primer emperador, pues sólo los de su sangre podían tocar la espada por una maldición.

Además de los magos acudían a la reunión los principales líderes de los reinos de Lindium. Como anfitrión a la reunión y representando a Hanrod se encontraba el rey Mendor, un hombre de edad avanzada y gordo como un tonel, pero obstinado e incisivo, veterano de la Tercera Guerra en el Norte. Por parte de Landor acudía el rey Faleth, un joven monarca partidario de mantener a su reino lejos de los conflictos internacionales, y su hermano Glorm, paladín del reino y feroz guerrero. Por parte de Vanion había venido el príncipe y heredero del reino, Nairmar Alistei, y un consejero de su padre, el rey Marnar.

Desarrollo de la reunión

Desde el principio los reyes Mendor y Faleth se mostraron poco proclives a entrar en una nueva guerra con el Imperio. Después de la última guerra, ninguno de los dos reyes estaba dispuesto a arriesgarse a atacar a las poderosas fuerzas de Sharpast. El Reino de Vanion, que había jurado ayudar a Sinarold si ésta era atacada, había enviado a una fuerza expedicionaria para ayudar a Sinarold si era atacada por el Imperio. Como el ataque era inminente, Vanion buscaba desesperadamente el apoyo de Hanrod y Landor para poder hacer frente al Imperio. Nairmar luchó enconadamente en la reunión para conseguir que los dos reinos vecinos se involucraran en la guerra. La reunión fue tensa en todo momento y hubo discusiones que por poco llegan a más, pero allí estaban los magos de Oncrust para rebajar tensiones.


El Gran Maestre de Oncrust, Blanerd, viendo imposible convencer a Faleth y Mendor de forma convencional, acudió a una treta para atraerlos a la causa y que aunaran fuerzas contra Sharpast. Les habló del paradero de una de Las Cinco Espadas y les dijo que se proponía conseguirla para la guerra que se avecinaba, y que con ella podrían hacer frente con más garantías al Imperio. Los dos reyes, seducidos por el poder de la espada, accedieron a participar en la expedición que debía encontrarla y, de ser hallada, unir sus fuerzas para hacer frente al Imperio. Los líderes de los tres reinos firmaron un tratado de alianza que tendría validez si la expedición regresaba con la espada.

Consecuencias de la reunión

La expedición de la espada tuvo éxito y trajo consigo una de las Cinco Espadas del primer emperador, lo que supuso dar validez al tratado firmado en la reunión, lo que suponía la alianza de las naciones de Lindium frente al Imperio. La guerra era ya inevitable y el enfrentamiento próximo, pero los aliados todavía debían decidir que estrategia seguir para derrotar a Sharpast.












miércoles, 11 de febrero de 2015

Asedio de Vendram

Contexto

El asedio de Vendram fue el último enfrentamiento entre Sharpast y Sinarold en la Cuarta Guerra del Norte entre 1586 y 1587. Tras la toma del Gran Muro y la conquista de Beglist por parte del Imperio, el último bastión que se resistía era la capital, Vendram, que ya se hallaba totalmente cercada por parte del ejército imperial y cuya caída significaría el fin para Sinarold como estado independiente. 


Fuerzas en liza

El imperio desplegó desde el inicio del asedio una fuerza de más de 50.000 hombres, a la que luego se sumarían las tropas que habían participado en la toma de Beglist. En el asedio también participó la flota imperial del norte; un total de 400 naves de guerra. Al frente del asedio estaba Mulkrod y sus hermanos, Marmond y Menkrod, aunque más tarde llegarían también Darwast y Mencror para colaborar en la toma de la ciudad.

Arqueros imperiales atacando los muros de Vendram

Las fuerzas de Sinarold apenas llegaban a los 10.000 hombres contando los supervivientes de la fuerza expedicionaria de Vanion. Casi la mitad del ejército eran milicianos, aunque todos lucharían hasta el último aliento para defender sus hogares. Entre aquella fuerza también se encontraba la guardia del rey Krahim, que participaría en primera línea de batalla durante el asedio. Además contaban con una flota de un centenar de barcos más una pequeña flota proveniente de Vanion. Al frente de aquella fuerza estaba el general Karmil Dungor, que acabaría siendo designado regente del reino ante la convalecencia del rey. El comandante Malliourn dirigiría al cuerpo expedicionario de Vanion.

El asedio

El asedio de Vendram fue de un mes de duración. En él se produjeron algunos de los episodios más encarnizados y cruentos de la guerra. Inicialmente fue Mulkrod el que comenzó el asedio, instalando campamentos fortificados frente a las murallas de Vendram, pero éste se limitó a esperar la llegada de refuerzos, hecho que se produjo tras la caída de Beglist. Tras llegar el ejército de refuerzo hubo negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo de paz, pero tras saber de la crueldad de las huestes imperiales en Beglist, el general Dungor desechó toda oferta de paz. Por entonces la moral de los defensores era alta y confiaban en la victoria, pero cuando la flota de Sharpast bloqueó la ciudad por mar y dejaron de llegar provisiones de la isla de Taxos, se truncaron las esperanzas de la gente.

Entonces Dungor ideó un plan para sorprender a la flota imperial y acabar con el bloqueo. Para ello requisó todas las embarcaciones civiles de la ciudad, las cargó de material incendiario y preparó a la flota para la batalla.

La flota de Sharpast en llamas

El ataque fue por la noche, auspiciados por la oscuridad y el ruido de las olas. La flota de Sinarold salió de puerto hacia la flota de Sharpast. En primera línea avanzaron los barcos civiles con material incendiario, sin casi tripulaciones, lo justo para conducir las naves hacia sus objetivos. Una vez estuvieron a poca distancia del enemigo, incendiaron las naves y las arrojaron directamente contra el centro de la formación imperial, que no pudo reaccionar a tiempo y sufrió terribles pérdidas al propagarse el fuego por muchas naves.

Mientras el caos se propagaba por toda la flota imperial, los barcos de Sinarold aparecieron en sus flancos y les sorprendieron cargando con sus espolones, hundiendo muchas naves tras abrir boquetes en la amura de las naves de Sharpast. Otros muchos fueron abordados o incendiados por las armas de Sinarold, que les disparaban desde sus barcos todo tipo de proyectiles incendiarios. La flota de Sharpast se desmoronó y fue duramente castigada. Más de la mitad de su flota fue hundida o apresada. En cambio, Sinarold apenas sufrió bajas en aquel enfrentamiento: cuatro barcos hundidos y unos pocos cientos de hombres muertos.
La flota de Sharpast en retirada tras la batalla

La derrota irritó a Mulkrod, tanto, que al enterarse de la debacle ordenó que su ejército atacara de inmediato la muralla de Vendram, sin importarle que las máquinas de asedio no estuvieran ya listas y los fosos que rodeaban las murallas no habían sido rellenados.

El ataque pilló por sorpresa a los asediados, pero los defensores pronto ocuparon las murallas y recibieron a los atacantes con una lluvia de flechas y dardos que causó grandes bajas cuando los soldados imperiales intentaban atravesar los fosos. La lucha fue breve pues las fuerzas de Sharpast pronto se dieron cuenta de que el ataque era inútil y que lo único que iban a conseguir era sufrir más bajas.

La victoria dio nuevas esperanzas a los defensores, pero éstas no durarían mucho pues el asedio se prolongó y los sharpatianos se prepararon para tomar la muralla con torres de asedio, arietes y otras máquinas pocas semanas después. Para entonces los fosos ya se habían rellenado. El ejército imperial atacó por oleadas intentando desgastar a los defensores, que se mantuvieron firmemente en sus puestos repeliendo a las torres de asedio y escalas. La batalla se prolongó durante horas. Los sharpatianos intentaron destrozar la puerta principal de Vendram con un gran ariete, pero la intervención de la guardia real, que hizo una heroica salida para destruir el ariete, hizo que los atacantes de ese sector se retiraran, capturando la apreciada arma. Poco después el ejército imperial se retiró habiendo sufrido de nuevo grandes bajas.

Muralla de Vendram
El asedio aún duraría varias semanas más. En ese tiempo el ejército de Sharpast empezó a bombardear día y noche la muralla con la intención de abrir brechas que permitieran pasar a la infantería el día del ataque final. Mientras tanto, los defensores reconstruían por las noches las brechas, levantando empalizadas improvisadas detrás, para ser de nuevo destruidas al día siguiente.


Finalmente, Mulkrod se decidió por dar el golpe de gracia y llevar a cabo un ataque total con el que lograr conquistar la ciudad y poner fin al asedio. Todo su ejército se movilizó para el ataque, que sería en tres oleadas. En la primera atacarían los vegtenos, las tropas provinciales del Imperio, luego los mercenarios, y por último, cuando las dos primeras oleadas hubieran desgastado a los defensores hasta el extremo, atacarían los sharpatianos, la mejor infantería del Imperio, que debían dar el golpe de gracia.


Los defensores aguantaron como buenamente pudieron las dos primeras oleadas, sufriendo grandes perdidas, incluso en las brechas, donde un muro de hombres contenía a los cientos de enemigos que constantemente intentaban quebrar su formación. No obstante, la llegada de la tercera oleada fue demasiado. Los defensores cedieron y perdieron la muralla. A su vez la puerta cayó y los soldados imperiales pudieron moverse libremente por la ciudad, matando y saqueando por doquier. Los combates continuaron en las calles, en las casas, en el puerto, en el palacio real... La ciudad estaba perdida y con ello finalizaba la guerra. Sinarold era anexionada a Sharpast.

Soldados de Vanion luchando por llegar a sus barcos en el puerto

Los soldados de Vanion que participaban en la defensa de Sinarold lucharon hasta que vieron la batalla perdida, entonces se retiraron abandonando sus puestos, retrocediendo hasta el puerto, donde su pequeña flota de barcos estaba lista para partir. Lucharon para abrirse camino hasta el puerto por las calles. Muchos consiguieron ponerse a salvo en sus barcos, partiendo poco después viendo cómo Vendram era saqueada.


Consecuencias

Sinarold del Este era adherida al Imperio, acabando de esta manera con el último reino libre de Veranion. Como consecuencia de ello, los reinos de occidente formaron una alianza para luchar contra Sharpast, bajo la promesa de los magos de Oncrust de encontrar una de las Cinco Espadas del primer emperador de Sharpast para ayudarles en la guerra que se avecinaba, dándose comienzo una nueva y devastadora guerra entre el Imperio y los reinos de Lindium.











Batalla de Beglist

Fuerzas en liza

La batalla de Beglist fue un enfrentamiento militar que se dio durante la Cuarta Guerra del Norte entre el Imperio de Sharpast y el Reino de Sinarold. Las huestes imperiales estaban dirigidas por Darwast Mítrades y Mencror Omercan, hermano del emperador, que comandaban un ejército de 40.000 hombres. Del lado de Sinarold se encontraba la guarnición de Beglist, compuesta por 4.000 soldados y milicianos a cargo de Balmir Dungor, sobrino del rey Krahim.

Antecedentes

Tras conquistar el Gran Muro, las fuerzas imperiales se dividieron en dos cuerpos de ejército: uno liderado por el propio Emperador, que debía asediar la capital de Sinarold, Vendram, y otro bajo el mando directo del general Darwast, que debía conquistar Beglist. Si conquistaban ambas ciudades la guerra acabaría y Sinarold pasaría a ser parte del Imperio.

Caballería de Sharpast

Darwast inició el sitio de Beglist para cortar la llegada de suministros a la ciudad y empezó a preparar las máquinas de asedio para tomar la ciudad por la fuerza. No obstante, sabía que sería muy complicado su conquista con el mero uso de la fuerza bruta, y el asedio podía alargarse, algo que no les convenía dado que estaban en pleno invierno. Pretendía tomar la ciudad por medio del engaño y la sorpresa.

Batalla

La conquista de la ciudad se produjo por una traición interna. Uno de los hombres más ricos de la ciudad, un tal Tigan, consciente de que la toma de la ciudad era un hecho, contactó con el general Darwast para ayudarle a entrar en Beglist. Darwast, consciente de que tomando la ciudad de esa forma se ahorrarían muchas vidas, aceptó el trato que le ofrecieron y se dispuso para tomar Beglist por sorpresa.

Fuerzas imperiales asediando Beglist

El ataque se produjo a los pocos días de iniciar el asedio. Fue de noche para facilitar que sus hombres pasaran más inadvertidos. Los hombres de Tigan abrieron una de las puertas de menor importancia de la ciudad para que los soldados imperiales la atravesaran  y tomaran Beglist fácilmente. Por ella pasaron de forma masiva varios miles soldados que lo primero que hicieron fue dirigirse a la puerta principal de la ciudad para que el grueso del ejército, que esperaba oculto en la lejana oscuridad, pasara. Con el alboroto, pronto los gritos de alarma de los ciudadanos que veían como soldados enemigos atravesaban sus calles despertaron a la guarnición, que se armó deprisa y corriendo para intentar repeler el ataque. Pero ya era tarde; todo acto de resistencia fue en vano. Abierta la puerta principal, los soldados de Sharpast entraron en masa e iniciaron una terrible masacre, saqueando la ciudad.

Consecuencias

La conquista de Beglist permitió a Sharpast concentrar todas sus fuerzas sobre la capital, Vendram, que debería resistir sola contra todo el poderío del Imperio.










Batalla del Gran Muro


Esta reseña contiene spoilers del libro Las Cinco Espadas. Se recomienda haber leído antes el libro.

Fuerzas en liza 

En el invierno del año 1586 del cómputo lindoniano, los ejércitos de Sharpast iniciaron una ofensiva a gran escala para conquistar el último reino libre de Veranion, Sinarold del Este, con un ejército de más de 100.000 hombres y una flota de 400 barcos de guerra. El propio Emperador Mulkrod era quien se había puesto al frente de aquel ejército, dando un papel preponderante a un hombre de su confianza, el general Darwast Mítrades y a sus propios hermanos. El objetivo imperial era hacer efectiva la conquista de ese territorio. El ataque en pleno invierno pretendía ver la capacidad de su ejército y a su vez prepararlo bien para campañas militares en circunstancias climáticas adversas. 

Caballero de Sharpast 
El ejército que Sinarold pudo reunir para repeler la invasión, incluyendo tropas de milicia de escasa preparación militar, unos 10.000 infantes y 100 barcos de guerra. No obstante, la flota de guerra de Sinarold contaba con naves veloces que les daban una mayor ventaja sobre los imperiales. A la cabeza de aquella escasa hueste se encontraba el anciano rey Krahim, pero el verdadero encargado de dirigir la defensa del reino era el sobrino del rey, el general Karmil Dungor. A esas fuerzas se les sumaron ese mismo invierno refuerzos venidos de Vanion, un total de 3.000 soldados veteranos y una pequeña flota de barcos. El objetivo inicial de Sinarold para repeler la invasión era detener a los invasores en el Gran Muro, la infranqueable fortificación que protegía la totalidad del reino y evitar cualquier intento de desembarco enemigo haciendo uso de la flota. Al frente de la fuerza expedicionaria de Vanion estaba el comandante Harnas.


Antecedentes

Sinarold ha sido desde siempre un ansiado objetivo para Sharpast, que ha intentado anexionarse la totalidad del reino en multitud de ocasiones, en las llamadas Guerras del Norte. En el transcurso de ellas el Imperio consiguió anexionarse gran parte de Sinarold, a excepción de la península Sinalítica, que fue amurallada para mantener una parte del reino a salvo en los tiempos de Rando el Glotón y Fenrig el Bravo, que contuvieron a los ejércitos imperiales al otro lado del Gran Muro. 



En la última Guerra en el Norte, en la que los ejércitos de los reinos de Lindium participaron de forma directa, Sharpast se desgastó luchando en varios frentes durante años sin hacer grandes progresos, lo que les forzó a pedir la paz en el año 1565, que se firmó en Beglist, y en la que Sharpast se comprometía a no atacar más al Reino de Sinarold del Este. El tratado fue considerado como una humillación nacional. El propio Mulkrod, que asistió siendo un niño a la firma de dicho tratado, juró vengar la afrenta sufrida.

Cuando Mulkrod llegó al trono imperial tras la muerte de su padre, inició enseguida los preparativos para la guerra y un año después comenzó el ataque contra Sinarold.


Batalla

El Gran Muro
El ataque imperial se inició en tres frentes con el objetivo de penetrar en el muro en al menos un punto para hacer efectiva la invasión. Superado el escollo del Gran Muro tendrían todo Sinarold a su alcance. El día escogido para el ataque amaneció con niebla y nieve, lo que favoreció que los soldados imperiales pasaran desapercibidos hasta que ya era tarde.

Las fuerzas de Sinarold y sus aliados sabían que su única posibilidad de éxito era contener al ejército imperial en el Gran Muro, para ello el grueso de sus fuerzas se congregaron a lo largo de la muralla en multitud de fuertes, listos para defender la muralla en cualquier punto donde fueran atacados, pero, al ser tan extensa la muralla y disponer de tan pocas fuerzas, la defensa de todos los sectores no sería tan efectiva como cabía esperar.

El tiempo el día de la batalla

Inicialmente el ataque fue repelido por los escasos defensores que se hallaban en los sectores atacados, que se vieron sorprendidos y pidieron refuerzos a las guarniciones más cercanas, pero al final acabaron cediendo por la aplastante superioridad de las fuerzas imperiales, que atacaron en masa en los tres sectores. El ataque en el sector de Vanion fue contenido durante horas por el comandante Harnas con la ayuda de los refuerzos traídos por el capitán Malliourn. No obstante, un ariete imperial logró perforar la puerta del muro en aquel sector y se inició un duro enfrentamiento junto a la entrada entre el millar de soldados de Vanion que se habían congregado allí y los miles de asaltantes imperiales que atravesaban la puerta en tropel. El combate fue duro y encarnizado, con cientos de muertos en los dos bandos, pero la superioridad numérica imperial inclinó la balanza. El propio comandante Harnas fue muerto en la lucha por una lanza de Sharpast, pero antes de morir dio el mando de los soldados de Vanion a Malliourn, que viendo perdida la batalla hizo lo que pudo para que sus hombres se retiraran ordenadamente y evitar que todos ellos murieran ese día en la fría nieve.

En los demás sectores el resultado fue el mismo: la aplastante victoria imperial. Algunas guarniciones de Sinarold y Vanion quedaron aisladas en sus fortificaciones al no recibir instrucciones adecuadas tras la debacle en el Gran Muro, siendo tomados uno a uno u obligados a rendirse.

Consecuencias

Tras la victoria en el Gran Muro, las fuerzas imperiales tenían acceso directo a la totalidad de Sinarold, pero aún quedaban bastiones que conquistar antes de hacer efectiva la conquista: Vendram y Beglist, las ciudades más grandes del Norte, que estaban bien protegidas por grandes murallas que las hacían difícilmente expugnables. 
Los soldados de Sinarold y Vanion, en una penosa retirada bajo el gélido frío invernal del Norte, huyeron del frente buscando refugio en la última línea defensiva de Sinarold, donde esperaban resistir el tiempo suficiente para obligar a Mulkrod a pedir la paz y salvar el reino.








miércoles, 4 de febrero de 2015

Resumen de Las Cinco Espadas

Las Cinco Espadas es el primer libro de la saga de fantasía épica: Sangre y Oscuridad. La trama oscila en un mundo ficticio en el que el Imperio de Sharpast domina la mayor parte del continente de Veranion, y donde sólo unos pocos pequeños reinos resisten ante el imparable avance de dicho imperio, y deberán aunar fuerzas para hacerle frente.

Mulkrod, el todopoderoso emperador de Sharpast, no conforme con sus posesiones, prepara nuevas campañas de conquista y, a su vez, inicia la búsqueda de cinco armas legendarias: Las Cinco Espadas, pero no será el único que lo haga; una orden decadente de magos intenta evitar que Mulkrod se haga con el control de estas armas y, al mismo tiempo, intentar unificar a los reinos de occidente para defenderse de la agresión de Sharpast y acabar de una vez por todas con su tiránica dinastía.


La historia comienza tras la muerte del Emperador Methren III y con la sucesión inmediata de su primogénito, Mulkrod, que se prepara para la conquista del último reino libre de oriente: el Reino de Sinarold. Pero su ambición va mucho más allá, pretende hacerse con todo el mundo conocido, subyugando a los reinos de occidente, al otro lado del mar y convirtiéndose en el mejor emperador de la dinastía de Sharpast. La guerra es inevitable; sólo queda saber quién golpea primero. Las fichas están sobre la mesa.

En esta extensa y vibrante historia, en un mundo feudal que te dejará sin aliento, la guerra cobra vida a una escala completamente diferente a lo que ya se ha escrito en otros libros de este género: grandes batallas entre ejércitos de enormes dimensiones, asedios interminables en condiciones extremas, ataques por sorpresa, escaramuzas, planificaciones de campaña, reuniones de estado, declaraciones de guerra, extenuantes debates y la logística son una parte importante de esta historia, pero hay mucho más: magia, aventura, amor, intriga, odio, miedo, dudas, vibrantes diálogos, conmovedores discursos, ejecuciones, rivalidad, política, traición, lealtad, compañerismo…


Los protagonistas viajarán hasta los confines del mundo en busca de objetos mágicos y para liberar a un antiguo rey depuesto, recorriendo grandes bosques, extensos mares, interminables desiertos, mostrando un increíble mundo que dejará a los lectores de esta historia sin aliento.


En definitiva, Las Cinco Espadas es una novela completa, con personajes interesantes y muy bien trabajados, una historia con gran potencial y con una visibilidad gráfica que los lectores explotarán al dar cabida en su imaginación los grandes escenarios que se dan en esta obra. Sin duda, un libro a la altura de grandes obras de la literatura épica de nuestro tiempo y que, de ser explotado adecuadamente, puede triunfar, ya no sólo de cara al mercado editorial, sino también de cara al mercado cinematográfico si de esta obra se llegara a hacer una película o serie con el presupuesto adecuado.